
El hogar: ¿Un lugar de refugio o un campo de batalla?
1 Agosto 2022
Padres al día
Existe un proverbio chino que dice: “ Antes de comenzar el trabajo de cambiar el mundo, dé tres vueltas dentro de su casa ”. En el mundo en que vivimos, los desafíos que enfrentamos en nuestras relaciones familiares y afectivas son grandes. Es porque la lucha diaria por la supervivencia y las demandas cada vez mayores para satisfacer los deseos, han provocado un fuerte impacto en las emociones y el comportamiento de las personas. Por eso, el hogar debe ser un lugar de refugio y no un campo de batalla.
Alguien definió el hogar de la siguiente manera: “El hogar es un mundo de dificultades por afuera y de amor por dentro. El hogar es un lugar donde los pequeños son grandes y donde los grandes son pequeños. El hogar es el lugar donde nuestro estómago recibe tres comidas diarias y nuestro corazón mil” . ¡Sería maravilloso si eso fuera una realidad en todos los hogares!
¿Qué puedo y debo hacer para mantener mi hogar como un lugar de refugio?
El amor es la más importante de las virtudes para los seres humanos, como si fuera una amalgama para solidificar las relaciones. El amor es una lente que nos permite ver a las personas mucho más allá de sus valores físicos, materiales o hasta profesionales. Cuando esa lente está fuera de foco y la adoptamos como la base y sostén de nuestras adquisiciones, lo físico, lo material y hasta lo profesional, adoptamos un camino peligroso y desastroso; porque hoy puedo tener bienes y mañana puedo perderlos; hoy puedo tener belleza física, pero ¿quién garantiza que será eterna?; hoy puedo ser una persona profesionalmente exitosa, pero ¿quién me garantiza que mañana lo seré? Las relaciones que ponen esas cosas en primer lugar, difícilmente perduran.
Ann Landers escribió: “Si hay amor en su vida, este podrá compensar muchas cosas que le hacen falta. De lo contrario, no importa cuánto tenga, nunca será suficiente” .
No podemos olvidar que la salud emocional, física y espiritual de los que están a nuestro alrededor está íntimamente relacionada al cuidado que tenemos hacia ellos:
Quien ama cuida y trata de suplir las necesidades del otro. Ese cuidado es personal, intransferible.
Quien ama cuida y no maltrata. Las relaciones felices están formadas por personas capaces de comunicar sus sentimientos a través de palabras y actos.
El amor nunca muere de muerte súbita. Muere lentamente, asesinado diariamente por acumular falta de atención, por las groserías, por tonterías.
Demostramos cuidado hacia quienes nos rodean cuando cumplimos con responsabilidad la parte que nos corresponde para la conservación de nuestras relaciones.
La disciplina es fundamental en el desarrollo moral, social y espiritual del niño. Pero, disciplina es muy diferente a violencia, ya sea esta verbal o física.

Dr. Gustavo Piñeiro
Psicólogo Clínico y Educador
Reg. Prof.: 1224