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5 Mitos sobre el descenso de peso

Con la llegada del calor, muchas personas buscan bajar de peso rápidamente para lucir un cuerpo más esbelto. En ese intento, suelen recurrir a dietas exprés y prácticas basadas en mitos, desatendiendo las recomendaciones profesionales.

Es importante recordar que el cuerpo del verano se construye durante todo el año, y que someterse a dietas estrictas, propuestas milagrosas o modas alimentarias puede acarrear consecuencias negativas.

No existen alimentos "buenos" o "malos": lo que importa son las combinaciones adecuadas y el control de las porciones.

¿Dieta o plan de alimentación?

• Dieta: suele implicar una restricción de alimentos que puede generar descenso de peso en el corto o mediano plazo, pero sin fomentar hábitos sostenibles.
• Plan de alimentación: propone un cambio integral en el estilo de vida, con pautas suficientes, armónicas y adecuadas, que contemplan todos los aspectos de una buena nutrición.

Mitos frecuentes sobre cómo adelgazar

1. "Tomar infusión de limón en ayunas ayuda a perder peso"
El limón es fuente de vitamina C, potasio y otros minerales, pero no existe evidencia científica que respalde su efecto adelgazante en ayunas.

2. "Para perder peso hay que pasar hambre"
Reducir la ingesta calórica es necesario, pero las dietas de hambre no son efectivas ni sostenibles. Someter al cuerpo a privaciones extremas puede provocar atracones y desórdenes alimentarios.

3. "Los alimentos light adelgazan"
Los productos "light" son versiones reducidas en calorías, azúcar o grasas, pero no garantizan pérdida de peso. Consumirlos en exceso puede ser contraproducente.

4. "Tomar agua tibia en ayunas elimina grasa"
No hay respaldo científico para esta afirmación. El agua tibia contribuye a la hidratación, pero no tiene efecto directo sobre la grasa corporal.

5. "No cenar ayuda a bajar de peso"
Evitar una cena copiosa es recomendable, pero omitirla por completo no acelera la pérdida de peso. Saltarse comidas puede alterar el metabolismo y generar desequilibrios.

A través de la anamnesis y la evaluación nutricional, el nutricionista determina las porciones adecuadas según el requerimiento individual, el estilo de vida, la edad y el sexo.

Un plan personalizado es clave para lograr resultados sostenibles y cuidar la salud integral.